- Las estimaciones sitúan el precio de Steam Machine alrededor de los 699 dólares o euros, sin subsidio por parte de Valve.
- El coste estaría más alineado con un PC de especificaciones similares que con una consola tradicional como PS5 o Xbox Series X.
- Su propuesta pasa por ser un PC compacto y silencioso para el salón, con SteamOS y fuerte integración con Steam y mandos Bluetooth.
- El precio elevado frente a consolas plantea dudas sobre su adopción, pero puede ser atractivo para quienes buscan una "PC completa" bajo la tele.
La posible Steam Machine de Valve va tomando forma como un PC compacto pensado para el salón, pero la conversación ya no gira solo en torno a su potencia o diseño, sino a cuánto acabará pagando el usuario cuando llegue a las tiendas.
Entre filtraciones, entrevistas y análisis de hardware, se va dibujando un escenario claro: el dispositivo se movería alrededor de los 700 dólares o 699,99 euros, un precio que lo situaría más cerca de un ordenador de sobremesa moderno que de una consola tradicional como PS5 o Xbox Series X.
Un PC para el salón con cerebro de gama media-alta
Valve presentó su ecosistema para el salón con varios elementos: la propia Steam Machine como mini PC, el dispositivo de streaming Steam Frame y el Steam Controller. La idea es clara: llevar toda tu biblioteca de juegos de PC al televisor, con la mínima complicación posible para el usuario.
En formato físico, la propuesta se materializa en un cubo compacto de unos 15 centímetros de lado, más parecido a una pequeña caja de regalo que a una torre de PC clásica. En su interior, los primeros datos apuntan a un procesador AMD Zen 4 de seis núcleos y doce hilos capaz de alcanzar hasta 4,8 GHz, acompañado por una GPU AMD RDNA 3 con 28 unidades de cómputo, memoria RAM de última generación y unidades SSD rápidas, similares a las que ya se usan en consolas de nueva generación y equipos gaming.
Todo este conjunto está diseñado para ofrecer un equilibrio entre rendimiento, tamaño y silencio. Los ingenieros de Valve insisten en que uno de los objetivos clave es el nivel de ruido: la máquina se ha concebido para funcionar junto al televisor sin convertirse en un ventilador constante, algo que preocupa especialmente a quienes juegan en el salón y comparten espacio con más gente.
Sobre el sistema operativo, Steam Machine utilizaría SteamOS, una distribución basada en Linux centrada en ofrecer una experiencia de sofá: encender, elegir juego y ponerse a jugar. Además, integra funciones pensadas para ese uso, como HDMI CEC para manejar el equipo desde el mando, mejoras en conectividad inalámbrica, cuatro antenas para garantizar buena recepción y soporte para varios mandos Bluetooth a la vez.
Por qué se habla de 700 dólares como precio objetivo
La gran incógnita sigue siendo el precio de lanzamiento, pero varias pistas permiten acotar bastante la cifra. Por un lado, Valve ha dejado claro que la Steam Machine no será un dispositivo subsidiado; es decir, no se venderá con pérdidas esperando recuperar el dinero mediante juegos, servicios o suscripciones, como sí ocurre con muchas consolas.
En varias entrevistas, ingenieros de Valve como Yaza Aldehayyat y Pierre-Loup Griffais han insistido en que el coste será «muy competitivo en comparación con un PC con las mismas especificaciones«, pero siempre dentro del contexto del mercado actual de hardware, marcado por el encarecimiento de componentes como la memoria RAM o las unidades SSD.
El conocido creador de contenido Linus Tech Tips profundizó en este tema en un largo vídeo de análisis de hardware titulado algo así como «Steam Machine no va a costar lo que piensas«. Tras revisar posibles configuraciones de GPU, CPU, RAM y almacenamiento, y teniendo en cuenta las fluctuaciones de precios que vive el sector, llegó a una cifra que se ha convertido en referencia: unos 699,99 dólares como punto de equilibrio entre coste de fabricación y margen de beneficio para Valve.
Según sus cálculos, el coste interno de construcción del equipo podría situarse entre 600 y 650 dólares, mientras que si un usuario intentara montar un PC equivalente comprando cada componente por separado, podría acercarse o incluso superar los 900 dólares en el mercado actual. De ahí que un PVP cercano a los 700 dólares o 699,99 euros cuadre con la filosofía de Valve de no perder dinero con el hardware pero seguir siendo relativamente competitiva frente a un PC hecho por piezas.
El propio Linus se mostró tan convencido de esta horquilla de precio que llegó a bromear con que se comería un pastel entero si se equivoca por más de 60 dólares. Mientras tanto, en foros especializados como ResetEra muchos usuarios comentan que un precio así sería «razonable» para el tipo de máquina que propone Valve, aunque reconocen que se aleja bastante de lo que suele costar una consola estándar.
Sin subsidios: una estrategia distinta a la de PlayStation y Xbox
Para entender mejor la política de precios de Valve hay que detenerse en el concepto de dispositivo subsidiado. En el sector del videojuego es habitual que las consolas se lancen al mercado con un PVP relativamente bajo, incluso por debajo del coste de fabricación, para ganar base de usuarios rápidamente y recuperar la inversión a largo plazo a través de juegos, servicios online, suscripciones o accesorios.
Compañías como PlayStation y Xbox han seguido esta estrategia durante años con sus consolas de sobremesa. Sin embargo, Valve ha sido tajante: la Steam Machine no seguirá ese modelo. No habrá subsidios significativos y el precio estará, en palabras de la propia empresa, «más en línea con lo que cabría esperar del mercado actual de PC«.
La lógica detrás de esta decisión tiene sentido desde el punto de vista de Valve. En PC, el ecosistema es mucho más abierto que en una consola: los usuarios pueden comprar sus juegos en distintas tiendas, aprovechar claves de terceros, recurrir a plataformas alternativas o usar servicios en la nube no controlados por una única marca. Eso hace más difícil garantizar que se compensen las pérdidas iniciales si el hardware se vende por debajo de coste.
Además, la compañía ya dejó claro en el pasado con productos como Steam Deck que prefiere moverse en márgenes ajustados pero sin entrar en números rojos. En este caso, con Steam Machine, todo apunta a que se busca un equilibrio entre ofrecer un producto atractivo para entusiastas del PC y mantener unas cuentas saneadas, aunque eso suponga situarse por encima del rango de precio de las consolas.
Comparativa con PS5 y Xbox Series: cómo encajaría en Europa
Mirando al mercado actual, el posible precio de 699 dólares o 699,99 euros coloca a Steam Machine en una posición intermedia frente a las consolas de sobremesa más populares. Hoy, en Europa, las referencias habituales serían algo así:
- PlayStation 5 estándar: en torno a los 500-550 euros, según ofertas y packs.
- PS5 Pro (o modelos más potentes): por encima de los 700 euros en muchos casos.
- Xbox Series X: alrededor de los 550-600 euros.
- Versiones especiales con más almacenamiento, como ediciones de 2 TB, que pueden acercarse o superar los 700 euros.
En este contexto, una Steam Machine en la franja de los 700 euros quedaría por encima de una PS5 estándar o una Xbox Series X, pero competiría de tú a tú con variantes más potentes o con más capacidad de almacenamiento. La diferencia es que, mientras las consolas son sistemas cerrados diseñados solo para jugar, el equipo de Valve se posiciona como una PC completa en formato mini.
Eso implica varias ventajas: acceso directo a Steam y otras tiendas de juegos de PC, posibilidad de usar servicios de suscripción y juego en la nube, libertad para instalar software adicional, cambiar el sistema operativo si se desea y aprovechar las ofertas constantes que suelen verse en el ecosistema de PC. Todo ello sin pagar cuotas adicionales por jugar online, algo que sí está muy presente en las consolas con servicios como PS Plus o Game Pass Ultimate.
Sin embargo, ese enfoque híbrido también tiene sus pegas. Para un usuario europeo que solo busca «encender y jugar» sin complicaciones, desembolsar cerca de 700 euros por un dispositivo que se percibe visualmente como una consola puede resultar excesivo, sobre todo si PS5 y Xbox Series mantienen precios competitivos o incluso aplican rebajas en campañas como Black Friday.
La cuestión clave será si los jugadores valoran lo suficiente esa condición de PC versátil como para justificar el sobrecoste frente a una consola pura, especialmente en mercados sensibles al precio como España, donde las promociones y packs con juegos incluidos suelen tener un peso importante en la decisión de compra.
Entre 700 y 900 dólares: el margen que barajan los analistas
Aunque la cifra de 699 dólares se ha popularizado como referencia, no todos los analistas coinciden en ese punto exacto. Algunas previsiones más conservadoras hablan de un rango que podría ir de los 700 a los 900 dólares, sobre todo si el precio de la memoria RAM y el almacenamiento sigue al alza en los próximos meses.
Medios especializados y voces de la industria señalan que la subida de componentes clave está empujando hacia arriba cualquier proyecto de hardware, y que un PC tan compacto, silencioso y optimizado como Steam Machine no es precisamente barato de desarrollar. La decisión de Valve de no recurrir a subsidios deja menos margen para ajustar el precio a la baja sin comprometer las especificaciones.
Algunos exejecutivos del sector incluso han sugerido que Valve podría optar por un enfoque más abierto, permitiendo a terceros fabricantes lanzar sus propias versiones de Steam Machine con SteamOS y distintos niveles de potencia y precio. Esa idea ya existe en teoría, y hay equipos que se acercan a ella, pero en la práctica pocos fabricantes se atreven a entrar en un terreno donde hay que invertir en diseño, soporte y actualizaciones constantes.
Mientras tanto, la comunidad de jugadores se mueve entre la expectación y la preocupación. Muchos ven con buenos ojos una máquina que lleve su biblioteca de Steam directamente al salón sin montarse un PC completo, pero temen que un PVP demasiado alto limite su éxito y la deje como un producto de nicho para entusiastas con presupuesto generoso.
Al final, todo apunta a que la horquilla más realista se sitúa entre los 600 y los 800 dólares, con el ya mencionado 699 como cifra fetiche. Cualquier desviación fuerte por encima de esa cantidad podría provocar una recepción más fría, especialmente en regiones donde el poder adquisitivo y el precio de la energía empujan a mirar con lupa cada compra tecnológica.
¿Qué valor aporta frente a un PC montado por piezas?
Más allá del número exacto, la gran pregunta es si la Steam Machine ofrece una propuesta de valor clara frente a un PC tradicional o frente a las consolas ya asentadas. Valve defiende que el valor añadido está en la experiencia cerrada pero flexible: un PC simplificado para el salón, listo para usar desde el primer minuto.
Entre sus puntos fuertes se encuentran el tamaño extremadamente compacto, el diseño pensado para reducir al mínimo el ruido, la integración con el mando y el televisor, el soporte para Bluetooth y redes inalámbricas de calidad, y la idea de que cualquier jugador pueda sentarse en el sofá y abrir su biblioteca de Steam como si estuviera en una consola, pero con la libertad de un PC.
También se menciona la posibilidad de utilizar funciones como ranura microSD o almacenamiento externo para mover juegos entre distintos dispositivos de Valve, como Steam Deck o un hipotético Steam Frame, casi como si fuesen cartuchos intercambiables. Todo ello busca reducir barreras y hacer que el ecosistema resulte más cómodo, sin obligar al usuario a entrar en menús complicados o configuraciones avanzadas.
Los ingenieros recuerdan además que hay detalles técnicos difíciles de replicar en un PC casero con las mismas piezas: desde la gestión térmica en un chasis pequeño hasta el trabajo en el nivel de ruido, pasando por la integración de HDMI CEC, el diseño de la placa para soportar cuatro mandos Bluetooth con buena estabilidad o la calibración del sistema para que arranque directamente en modo salón.
Frente a esto, sus detractores señalan que un precio cercano a 700 dólares o incluso más puede hacer que muchos usuarios sigan prefiriendo montar un PC convencional, que aunque ocupe más espacio les da una mayor capacidad de actualización y control total sobre cada componente. Otros, directamente, seguirán viendo más atractivo invertir en una consola si lo único que quieren es jugar sin más complicaciones.
En medio de esta balanza de pros y contras, la Steam Machine se perfila como un producto claramente orientado a quienes valoran tener una PC completa en forma de consola bajo la tele, dispuestos a pagar un extra por comodidad, silencio y diseño compacto, sin renunciar al ecosistema abierto del PC.
Con todo lo que se sabe hasta ahora, el posible precio de alrededor de 700 dólares/699,99 euros sitúa a Steam Machine como un dispositivo más cercano al mundo del PC premium para el salón que al de la consola asequible de entrada. Su éxito dependerá de cómo encaje esa cifra en el bolsillo de los jugadores europeos y españoles y de cuánto valor otorguen a la idea de tener un miniordenador silencioso, listo para usar, que reúna en el televisor todos los juegos que ya tienen en su biblioteca de Steam sin tener que renunciar a las ventajas del PC tradicional.
