Prueba de disco duro: métodos efectivos

Última actualización: septiembre 1, 2024

Un disco duro es el corazón de almacenamiento de nuestros dispositivos. Ya sea en un ordenador de sobremesa, portátil o incluso en una consola de videojuegos, este componente guarda todos nuestros archivos y datos importantes. Por eso, es crucial asegurarnos de que funciona correctamente. En este artículo, te mostraré cómo poner a prueba tu disco duro con métodos efectivos y fiables.

Comprobar la salud de tu disco duro

Antes de lanzarnos a realizar pruebas exhaustivas, es recomendable echar un vistazo rápido al estado general de nuestro disco. Windows incluye una herramienta nativa llamada CHKDSK (Check Disk) que nos permite hacer esto de forma sencilla.

Para ejecutar CHKDSK, abre el Símbolo del sistema como administrador y escribe:

chkdsk C: /f /r

Este comando analizará tu disco en busca de errores y sectores defectuosos, intentando repararlos si es posible. El proceso puede llevar bastante tiempo, especialmente en discos de gran capacidad, así que ármate de paciencia.

Análisis de rendimiento

Una vez comprobada la salud básica, es momento de evaluar el rendimiento de tu disco duro. Para ello, utilizaremos CrystalDiskMark, una aplicación gratuita que mide la velocidad de lectura y escritura.

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1. Descarga e instala CrystalDiskMark desde su sitio web oficial.
2. Ejecuta el programa y selecciona el disco que quieres analizar.
3. Haz clic en «All» para realizar todas las pruebas disponibles.

Los resultados te mostrarán la velocidad de lectura y escritura secuencial, así como el rendimiento en operaciones aleatorias. Compara estos números con las especificaciones de tu disco para ver si está funcionando según lo esperado.

Prueba de estrés

Si quieres llevar tu disco al límite, nada mejor que una prueba de estrés. HD Tune es una herramienta perfecta para esto, ya que además de medir el rendimiento, puede someter al disco a una carga intensa durante un periodo prolongado.

HD Tune incluye varias pruebas útiles:

1. Benchmark: Mide la velocidad de transferencia a lo largo de toda la superficie del disco.
2. Error Scan: Busca sectores defectuosos.
3. Health: Muestra información S.M.A.R.T. del disco.

La prueba de benchmark es especialmente interesante, ya que nos muestra un gráfico del rendimiento a lo largo de toda la superficie del disco. Esto puede ayudarnos a detectar zonas problemáticas o ralentizaciones en ciertas áreas.

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Monitorización a largo plazo

Las pruebas puntuales son útiles, pero para tener una imagen completa del estado de tu disco, nada mejor que monitorizarlo a lo largo del tiempo. CrystalDiskInfo es una excelente opción para esto.

Esta aplicación te permite ver la información S.M.A.R.T. de tu disco y seguir su evolución. Algunos parámetros clave a vigilar son:

  • Reallocated Sectors Count: Indica cuántos sectores defectuosos han sido reasignados.
  • Current Pending Sector Count: Sectores que podrían ser defectuosos y están pendientes de verificación.
  • Uncorrectable Sector Count: Sectores que no se han podido recuperar.

Un aumento en estos valores puede ser señal de que tu disco está comenzando a fallar.

Pruebas específicas para SSD

Si tienes un SSD, hay algunas pruebas adicionales que puedes realizar. La más importante es la medición del Total Bytes Written (TBW), que indica cuántos datos se han escrito en total en el disco.

Los SSD tienen una vida útil limitada en términos de escrituras, por lo que monitorizar este valor te dará una idea de cuánto has «gastado» tu disco. Puedes encontrar esta información en CrystalDiskInfo o en herramientas específicas del fabricante de tu SSD.

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Interpretación de resultados

Después de realizar todas estas pruebas, es importante saber cómo interpretar los resultados. Aquí tienes algunas pautas generales:

  • Velocidad de lectura/escritura: Compara con las especificaciones del fabricante. Una caída significativa puede indicar problemas.
  • Sectores realocados o pendientes: Unos pocos son normales, pero un aumento rápido es preocupante.
  • Temperatura: Los discos duros no deberían superar los 45-50°C en uso intensivo. Los SSD pueden funcionar a temperaturas algo más altas.

Si encuentras valores anormales o tu disco muestra signos de deterioro, es momento de hacer una copia de seguridad y considerar su reemplazo.

Realizar estas pruebas de forma periódica te ayudará a mantener tus datos seguros y a prevenir pérdidas inesperadas de información. Recuerda que ningún disco duro dura para siempre, así que estate atento a las señales y actúa antes de que sea demasiado tarde.