- La intersección entre música contemporánea y artes visuales marca tendencia en festivales y proyectos multidisciplinares.
- El uso de tecnología, espacios singulares y colaboraciones entre músicos y artistas visuales amplía las fronteras creativas.
- La escena internacional y española consolida propuestas en las que el público es parte activa de la experiencia artística.
- Iniciativas como festivales, videoclips conceptuales y ciclos en museos refuerzan el valor del arte total.
La conexión entre la música contemporánea y las artes visuales vive un momento de especial efervescencia tanto en España como en el ámbito internacional. Este cruce de disciplinas no solo redefine los formatos de concierto, sino que también crea experiencias multisensoriales que integran sonido, imagen y espacio, poniendo al espectador en el centro de la acción.
Durante los últimos años, se ha observado cómo festivales, proyectos y artistas apuestan por propuestas híbridas que amplían el significado de un espectáculo tradicional de música o una simple exposición de arte, mostrando que los límites entre géneros son cada vez más borrosos.
Festivales donde la música y el arte visual conviven
Uno de los eventos clave en este panorama es el Festival de Música Visual de Lanzarote, que celebrará su próxima edición entre el 8 y el 18 de octubre de 2025. Este festival, consolidado como referente internacional, destaca por su capacidad para aunar música experimental, arte visual y paisajes volcánicos, transformando enclaves emblemáticos de la isla en escenarios de diálogo entre sonido y entorno.
El certamen, impulsado por el Cabildo de Lanzarote con el apoyo del Gobierno de Canarias y la colaboración del Festival Contemporáneo del Festival Internacional de Música de Canarias, vuelve cada año a sus raíces fundacionales: integrar creaciones sonoras y visuales en espacios naturales y arquitectónicos únicos como los Jameos del Agua o la Cueva de los Verdes. Desde su nacimiento a finales de los años ochenta, el evento ha contado con figuras como Brian Eno, Michael Brook y Jon Hassell, atrayendo la mirada tanto de la crítica especializada como de público internacional.
Tras un relanzamiento en 2017, la cita canaria sigue apostando por un espíritu vanguardista, ofreciendo en cada edición experiencias inmersivas donde la música y el arte visual se funden con el paisaje. Puedes explorar cómo estas experiencias inmersivas pueden incluir diferentes disciplinas artísticas. La organización adelanta que la programación y los nombres de los artistas invitados se revelarán a inicios de agosto, coincidiendo con la apertura de la venta de entradas.
Formatos innovadores: conciertos, proyecciones y tecnología
La tendencia a fusionar música contemporánea y artes visuales también se refleja en ciclos y conciertos donde la tecnología y la imagen se convierten en protagonistas. Ejemplo de ello es la 44ª Semana Internacional de Música de Cámara de Montserrat (SIMC), que arrancó con el Dianto Reed Quintet, grupo que sorprendió al público con una puesta en escena multidisciplinar en la que se mezclaron música de cámara, danza y proyecciones visuales generadas por inteligencia artificial.
Durante el concierto, se alternaron obras clásicas de Stravinsky, Satie y de Falla con un estreno inspirado en Picasso, mientras las imágenes de IA sugerían un diálogo entre tradición y modernidad. Este tipo de propuestas subrayan la renovación del formato clásico de concierto, integrando la tecnología como vía para ofrecer nuevas lecturas artísticas y provocar una respuesta emocional en el espectador.
Iniciativas institucionales e independientes: museos, festivales y videoclips
Junto a los festivales consolidados, han ido surgiendo otras formas de encuentro entre música y arte visual en museos y plataformas digitales. Destaca, por ejemplo, el proyecto digital SALA. Sonido Abierto Latinoamericano del Malba (Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires), que invita a músicos a interpretar sus obras frente a piezas de artistas visuales, estableciendo un diálogo directo entre diferentes lenguajes creativos. En sus últimas ediciones, nombres como Kevin Johansen han rendido homenaje a iconos regionales a través de actuaciones en salas de exposiciones, generando una atmósfera única donde la interpretación musical y el arte visual se entrelazan.
El potencial del cruce entre disciplinas también se manifiesta en la producción audiovisual, como muestra el último videoclip del artista Castora Herz. Su obra “Espejo, sol y luna” es un ejemplo de cómo el folklore tradicional puede dialogar con la música electrónica y una cuidada narrativa visual para abordar temas contemporáneos mediante la metáfora y la experimentación estética.
El arte como experiencia total: público activo e interacción
La actual escena de la música contemporánea y el arte visual se caracteriza por su voluntad de implicar al público de formas nuevas, haciéndolo partícipe activo mediante instalaciones, micrositios digitales o propuestas inmersivas. La interacción no solo se produce en el espacio físico del concierto o la exposición, sino también en el entorno digital, y muchas veces el espectador es invitado a complementar la obra con su propia percepción y participación.
Al integrar sonido, imagen, espacio y acción colectiva, estos proyectos y festivales continúan ensanchando las posibilidades expresivas del arte contemporáneo, reafirmando el valor de la creación conjunta y la búsqueda de experiencias artísticas más ricas y personales.