- Fin del soporte de Windows 10 y opciones para seguir recibiendo parches sin pasar a Windows 11.
- Un usuario en California demanda a Microsoft por una transición forzada y pide prolongar las actualizaciones gratuitas.
- ESU: primer año posible sin coste vía Microsoft Rewards o copia con Windows Backup; después, pago aproximado de 30 $/25,66 €.
- Para equipos no compatibles: alternativa Linux con apoyo comunitario y campañas como The Restart Project.
Con el fin del soporte oficial de Windows 10 a la vuelta de la esquina, la transición hacia Windows 11 vuelve a estar en el punto de mira. Millones de equipos siguen en Windows 10 y una parte relevante no cumple con los requisitos de hardware como TPM 2.0, algo que condiciona el salto a la versión más reciente.
En este contexto, ha aparecido un factor legal: Lawrence Klein, residente en California, ha denunciado a Microsoft por lo que considera una transición forzada y poco amigable. El caso reabre el debate sobre cómo, cuándo y a qué coste deben continuar las actualizaciones de seguridad para quienes se quedan en Windows 10.
Qué cambia con el fin del soporte de Windows 10
La fecha marcada implica que Windows 10 deja de recibir actualizaciones de seguridad regulares a través del canal estándar. Aunque no es obligatorio cambiar a Windows 11, quienes lo necesiten podrán acogerse al programa de Soporte de Seguridad Ampliado (ESU) para seguir recibiendo parches.
El problema es que un alto porcentaje de PCs, pese a ser plenamente funcionales, no supera el filtro del TPM 2.0 exigido por Windows 11. Microsoft llegó a permitir métodos alternativos para instalarlo sin ese módulo, pero su política actual refuerza esa exigencia por motivos de seguridad.
Según estimaciones recientes, Windows 10 mantiene una cuota en torno al 43-44% dentro del ecosistema Windows, por lo que el impacto del fin de soporte afecta a una base muy grande de usuarios y equipos.
La demanda en California: argumentos y lo que se pide
El demandante sostiene que Microsoft vulneró normas de consumo y publicidad al empujar a los usuarios a actualizar sin necesidad real y dejar sin parches de seguridad a quienes no den el salto. Klein afirma tener dos portátiles con Windows 10 incompatibles con TPM 2.0, por lo que no puede instalar Windows 11 de forma oficial.
Entre sus peticiones, solicita que se mantengan actualizaciones gratuitas para Windows 10 hasta que la cuota de este sistema baje de un 10% del total de usuarios de Windows, o en su defecto, que se reljejen las restricciones de hardware para facilitar la actualización.
Su demanda también califica de prematuro el fin de vida de Windows 10 si se compara con la trayectoria de versiones anteriores, que recibieron soporte durante periodos más largos tras la llegada de sus sucesores. Además, señala que forzar equipos nuevos totalmente compatibles con Windows 11 y Copilot como asistente por defecto podría consolidar la posición de Microsoft en IA, limitando la competencia.
La cuota de Windows 10 y el impacto del fin de soporte
Su demanda también califica de prematuro el fin de vida de Windows 10 si se compara con la trayectoria de versiones anteriores, que recibieron soporte durante periodos más largos tras la llegada de sus sucesores. Además, señala que forzar equipos nuevos totalmente compatibles con Windows 11 y Copilot como asistente por defecto podría consolidar la posición de Microsoft en IA, limitando la competencia.
