- Exposiciones en Málaga, Santander y Galicia ponen en valor la fotografía documental
- Obras clave exploran desde la vida cotidiana americana hasta el testimonio de conflictos y migraciones
- Fotógrafos como Walker Evans, Ruth Orkin y Gervasio Sánchez ejemplifican la diversidad de enfoques del género
La fotografía documental se sitúa en el centro del panorama cultural actual, reuniendo exposiciones y proyectos que exploran la realidad social, histórica y humana a través de la imagen. Tanto centros de arte como festivales y museos dedican una atención especial a este género, considerado fundamental para comprender la evolución del siglo XX y XXI, así como la capacidad del arte visual para narrar experiencias colectivas e individuales.
Desde espacios como el Museo Carmen Thyssen de Málaga hasta iniciativas itinerantes y festivales nacionales, la fotografía documental se consolida como herramienta de testimonio, denuncia y reflexión. Las muestras actuales recorren desde escenas cotidianas en las calles de Nueva York o Beverly Hills hasta los efectos de la guerra, las migraciones y el día a día de comunidades diversas, mostrando la riqueza y la hondura de este tipo de mirada fotográfica.
Grandes retrospectivas de la fotografía documental americana
Este verano, el Museo Carmen Thyssen Málaga acoge una de las exposiciones más destacadas sobre fotografía documental de los Estados Unidos. Bajo el título «American people. Fotografía documental americana (1930-1980)», la muestra reúne ochenta imágenes de once fotógrafos norteamericanos fundamentales en la consolidación e innovación del género. Todo ello procede de la Colección José Luis Soler Vila, que por tercera vez colabora con el museo malagueño.
Walker Evans, Robert Frank, Helen Levitt, Louis Faurer, Garry Winogrand, Imogen Cunningham, Harry Callahan, Lee Friedlander, Susan Meiselas, Tod Papageorge y Anthony Hernández conforman la nómina de autores expuestos. Sus trabajos, que abarcan desde los años treinta hasta los ochenta, exploran la diversidad de la sociedad americana retratando infancia, cambios sociales, injusticias y escenas urbanas con un enfoque directo, sobrio y comprometido.
La exposición analiza la progresión del documentalismo fotográfico desde la objetividad clásica de Evans, encargado por la Farm Security Administration para documentar la Gran Depresión, hasta la subjetividad de Friedlander o Meiselas, que aportan matices personales y enfoques sociológicos a la realidad retratada.
Itinerarios y perspectivas: del reportaje social al retrato artístico
Esta exposición malagueña se estructura en dos capítulos principales. El primero, situado en la Sala Noble, despliega una panorámica de personajes anónimos y célebres, calles lujosas y barrios humildes, multitudes y solitarios. A través de esta selección, la fotografía documental se muestra como una vía de denuncia, expresión artística y reflexión social, capaz de condensar historias completas en una sola imagen, tal como señala Lourdes Moreno, directora del museo.
El desarrollo tecnológico jugó también un papel clave en la expansión del género, especialmente a partir de los años treinta, cuando cámaras más ligeras permitieron captar instantes cotidianos con inmediatez y sin grandes preparativos. Walker Evans y sus contemporáneos sentaron las bases para un estilo que documenta la vida de las clases populares y los cambios sociales con rigor visual.
Autores como Helen Levitt emplearon la fotografía para visibilizar realidades olvidadas, como la infancia o la marginalidad urbana, mientras que figuras como Garry Winogrand plasmaron el star-system estadounidense y la sociedad de consumo en instantáneas ya icónicas. Entre las obras destacadas se encuentra la célebre fotografía de Marilyn Monroe durante el rodaje de La tentación vive arriba, ejemplo de la capacidad del género para trascender el tiempo.
El segundo capítulo se traslada al Espacio ArteSonado dentro del propio museo, con una treintena de fotografías en blanco y negro de Tod Papageorge que retratan la exclusiva discoteca neoyorquina Studio 54, símbolo del ocio nocturno de los años setenta y ochenta y punto de encuentro entre famosos y anónimos en busca de notoriedad. Estas imágenes aportan una dimensión de estudio cultural y social al recorrido expositivo.
Testimonio contemporáneo y reflexión ética en la fotografía documental
El género documental no se limita a la representación objetiva, sino que, en la actualidad, aborda temáticas complejas y actuales, como la pandemia, la salud mental, la migración y los conflictos armados. Fotógrafos contemporáneos como Santiago Mesa y Gervasio Sánchez han llevado este espíritu a nuevos escenarios y problemáticas.
Santiago Mesa ha utilizado la fotografía documental para contar tanto la soledad y el aislamiento de la pandemia en Alemania como los desafíos sociales de Colombia, evitando el sensacionalismo y priorizando el respeto por las personas retratadas. Su trabajo, premiado internacionalmente, pone el foco en la ética, la complejidad narrativa y la dignidad de los sujetos.
Por su parte, Gervasio Sánchez se ha convertido en referente por su cobertura de conflictos, mostrando tanto el horror como la capacidad de resistencia de las víctimas. Sus imágenes, expuestas en el Centro de Arte Alcobendas, se emplean como herramienta de denuncia frente a las injusticias y para sensibilizar sobre las consecuencias de la guerra. Trabajos como Vidas minadas, Desaparecidos y Violencia contra las mujeres ponen rostro a problemáticas globales, y Sánchez subraya la importancia de actuar con respeto, regresar a los territorios y documentar a largo plazo.
Miradas singulares y nuevas narrativas: Ruth Orkin y Manuel Valcárcel
La fotografía documental de Ruth Orkin protagoniza otra muestra relevante, en este caso en el Centro de Documentación de la Imagen de Santander (CDIS), donde la exposición New York, New York sumerge al visitante en la vida urbana del siglo XX de una gran ciudad. Orkin, pionera y referencia dentro de una profesión históricamente masculina, construye relatos visuales a partir de la vida cotidiana, el retrato y la crónica social. También es importante destacar la influencia y legado de fotógrafos especializados en fotografía de arquitectura y urbana.
Las 46 fotografías expuestas, junto a documentos de trabajo y objetos personales, permiten comprender tanto el proceso creativo como el enfoque del reportaje. Entre sus obras destaca la emblemática «American Girl in Italy», ejemplo del poder comunicativo y social de la imagen.
También desde Galicia, la exposición «Destino. Unha peregrinación de Manuel Valcárcel» utiliza la fotografía documental como herramienta para explorar temas universales como la familia, la migración, el envejecimiento y la búsqueda del hogar. El proyecto narra, a través de imágenes llenas de color y emoción, cuatro peregrinaciones en distintos países y continentes, estableciendo un paralelismo entre el viaje físico y el viaje interior.
La fotografía documental se consolida así como una disciplina imprescindible para interpretar nuestra sociedad, capaz de abordar problemáticas de actualidad y de preservar la memoria colectiva. Museos, festivales y espacios culturales reconocen su valor tanto como testimonio verídico como por su capacidad artística y crítica, abriendo ventanas a realidades diversas y dando voz a quienes, de otro modo, permanecerían invisibles.