- Facebook es una de las principales plataformas donde ocurre el ciberacoso, impactando especialmente a mujeres y jóvenes.
- El contacto mediante identidades falsas y los mensajes ofensivos son las formas más comunes de acoso en Facebook.
- La mayoría de las víctimas reacciona bloqueando al acosador y experimenta emociones como enojo, miedo y desconfianza.
- Las autoridades y organizaciones destacan la urgencia de fortalecer las medidas de prevención y educación digital.
En los últimos años, el ciberacoso en Facebook se ha convertido en uno de los problemas más preocupantes dentro del entorno digital, especialmente para mujeres jóvenes y adolescentes. Las cifras revelan que esta práctica persiste a pesar de los esfuerzos de prevención y las medidas implementadas por autoridades y plataformas. La incidencia de estas agresiones suele estar acompañada de un profundo impacto emocional en las víctimas y ha motivado debates sobre la necesidad de leyes y políticas más eficaces.
A diario, tanto mujeres como hombres, pero en especial las mujeres de entre 20 y 29 años, viven situaciones de hostigamiento, amenazas y mensajes ofensivos a través de Facebook. Esta red social se mantiene como uno de los canales preferidos para llevar a cabo estos ataques, donde la creación de perfiles falsos y la difusión de mensajes agresivos o insinuaciones sexuales son moneda corriente, afectando gravemente la sensación de seguridad en línea.
Facebook entre las principales vías del ciberacoso digital
De acuerdo con diversos estudios y encuestas oficiales, más del 43% de las mujeres acosadas en línea identificaron a Facebook como el canal principal donde sucedieron los incidentes. Tras Facebook, otras aplicaciones como WhatsApp también son utilizadas para perpetrar acoso. Los recursos más habituales son el contacto mediante identidades falsas, mensajes cargados de ofensas o desprecio y, en menor medida, la difusión de imágenes sin consentimiento.
El Módulo sobre Ciberacoso (Mociba), desarrollado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), indica que en estados como Puebla, casi una de cada cuatro mujeres reconoció haber sido víctima en el último año. En el grupo de 20 a 29 años, el porcentaje asciende superando el 31%. Estas cifras sitúan a la entidad entre las regiones con mayor prevalencia, junto con Yucatán y San Luis Potosí.
La agresión no distingue necesariamente entre conocidos y desconocidos, aunque la mayoría de los atacantes utilizan perfiles que no permiten identificarlos claramente. Aun así, en una de cada cinco ocasiones, el agresor forma parte del entorno cercano de la víctima, como compañeros de estudios, exparejas o familiares.
Entre las principales reacciones de quienes sufren ciberacoso en Facebook, bloquear a la persona agresora es la respuesta más frecuente, seguida por ignorar los mensajes o denunciar los perfiles ante la propia red social. No obstante, el proceso suele ir acompañado de emociones intensas como ira, miedo y desconfianza, que en muchas ocasiones afectan la vida diaria de las víctimas.
El impacto emocional y las diferencias de género
El ciberacoso no solo es una agresión digital, sino que deja secuelas en la salud emocional de quienes lo padecen. Las mujeres reportan más frecuentemente emociones como miedo (34.5%), en comparación con los hombres (16%), además de altos niveles de enojo y desconfianza. Este impacto también se refleja en los cambios de comportamiento y en la percepción de seguridad al interactuar en entornos digitales.
Por otro lado, los adolescentes varones de entre 12 y 19 años también son blanco habitual, sobre todo mediante contactos desde cuentas falsas y mensajes que buscan intimidar o amenazar. Sin embargo, las formas de acoso que más afectan a las mujeres incluyen, además de los mensajes ofensivos, las insinuaciones sexuales, la amenaza de difusión de información personal y la extorsión digital.
El ciberacoso en Facebook refleja y refuerza patrones de violencia de género que ya existen en la sociedad. En la mayoría de los casos donde se puede identificar al agresor, este resultado ser un hombre, tanto en víctimas femeninas como masculinas.
Dónde se localiza el problema y cómo se reacciona
Las entidades federativas muestran diferencias notables en el número de personas que admiten haber sido víctimas. En estados como Yucatán, San Luis Potosí, Durango y Zacatecas, la prevalencia de acoso digital es marcadamente mayor, con Puebla alcanzando cifras entre las más altas a nivel nacional. En contraste, regiones como Baja California, Morelos y Tamaulipas presentan tasas considerablemente más bajas.
La reacción social ante este problema se centra en la prevención proactiva y la denuncia. Muchas víctimas optan por bloquear y reportar cuentas, pero no siempre acuden ante las autoridades. Solo un reducido porcentaje denuncia ante instancias legales o los proveedores de servicios digitales.
La persistencia del ciberacoso en Facebook también ha impulsado la creación de campañas de sensibilización y propuestas legislativas. Ejemplo de ello son los movimientos para establecer leyes específicas, que buscan penas más severas para quienes hostigan, difaman o comparten información íntima de otras personas sin consentimiento.