- El campanario del Ayuntamiento de Guadalajara ha sido restaurado tras detectarse riesgo de ruina.
- Se han rehabilitado la estructura, los accesos y modernizado el sistema del reloj municipal.
- La intervención ha conservado elementos originales y ha contado con técnicas artesanales tradicionales.
- El regreso de las campanas se ha celebrado con un homenaje al maestro relojero y un acto conjunto con otras iglesias históricas.
La silueta del campanario del Ayuntamiento de Guadalajara vuelve a dibujar el ritmo diario en el corazón de la ciudad. Tras más de un año de silencio y obras, el reloj municipal ha recobrado su voz y sus campanas, símbolo de la identidad local, marcan de nuevo el compás de la Plaza Mayor. Esta recuperación ha sido posible gracias a una intervención llevada a cabo por el Ayuntamiento, que ha afrontado serios problemas estructurales en la torre detectados a mediados de 2024.
Las labores no solo han devuelto el sonido a las campanas, sino que han conseguido asegurar para las próximas generaciones uno de los elementos más emblemáticos de Guadalajara. La actuación de urgencia fue fundamental, ya que se detectó un grave riesgo de ruina en la estructura, lo que obligó a paralizar las campanas y afrontar una restauración a fondo —una tarea considerada no solo técnica, sino también sentimental y patrimonial.
Reparación y mejoras en la histórica torre del campanario
El edificio consistorial, obra de Antonio Vázquez Figueroa y finalizado en 1907, no había recibido intervenciones de calado en su torre sur desde su construcción. Según explicaba la alcaldesa, Ana Guarinos, la reciente restauración ha eliminado daños estructurales y filtraciones, mejorando la estabilidad del conjunto. El arquitecto municipal Ricardo Fernández indicaba que el refuerzo de los forjados, la redistribución de las cargas y la sustitución de pilares críticos han sido acciones clave para asegurar el futuro de este icono urbano.
Uno de los grandes retos fue intervenir sobre una estructura de hierro fundido, material original que presentaba corrosión y rigidez, lo que dificultaba cualquier desmontaje completo por el riesgo de fractura. Siguiendo técnicas tradicionales, el maestro herrero Jesús Alba optó por una restauración in situ utilizando métodos similares a los del siglo pasado, con más de medio millar de remaches y sin recurrir a soldaduras poco compatibles con la pieza histórica.
Gracias a estos trabajos minuciosos, la integridad del campanario ha quedado garantizada y toda la intervención ha priorizado la conservación del valor histórico y estético del conjunto. El presupuesto final ha alcanzado los 322.894 euros y el Ayuntamiento ya contempla nuevas actuaciones en otras partes emblemáticas del edificio, como el Salón de Plenos y la fachada principal.
Modernización del reloj y homenaje a una tradición centenaria
La intervención en el reloj ha permitido mantener la parte mecánica original, ubicada todavía en la entreplanta donde permanecen las esferas históricas. Se ha añadido un nuevo mecanismo informatizado que facilita un ajuste automático a los cambios estacionales de horario, eliminando la necesidad de subir al campanario para modificar la hora manualmente. Las campanas originales siguen ocupando su lugar, habiéndose reemplazado únicamente los electroimanes por otros más eficientes tras tres décadas de uso intenso.
El Ayuntamiento ha establecido que las campanas detengan sus sonidos entre la medianoche y las ocho de la mañana, limitando también los cuartos y asegurando que la sonoridad tradicional se mantenga, sin perturbar el descanso vecinal.
Un aspecto especialmente emotivo ha sido el reconocimiento a Antonio Hernández, el maestro relojero que, junto a su familia, lleva casi cincuenta años al cuidado del reloj del consistorio. La alcaldesa le entregó una placa conmemorativa y destacó su compromiso y la importancia de mantener vivas no solo las piezas materiales, sino también el testimonio de las personas y familias dedicadas a preservar estos símbolos locales.
Celebración popular y memoria colectiva
Coincidiendo con el final de las obras, las campanas del Ayuntamiento repicaron de manera coordinada con otros cinco campanarios emblemáticos de Guadalajara: La Antigua, Santiago, San Nicolás, Santa María y San Ginés. Este acto, cargado de simbolismo, ha unido a la ciudadanía en torno a su patrimonio, reafirmando la conexión entre pasado y presente. Para conocer más sobre la historia de estas estructuras, te invitamos a visitar nuestro artículo sobre la historia del Campanario de Guadalajara y su patrimonio cultural.
Durante la ceremonia, distintas personalidades como el concejal Santiago López y el arquitecto municipal han puesto en valor el compromiso institucional por cuidar y proteger el legado arquitectónico y cultural de la ciudad. Además, se han avanzado nuevas obras de rehabilitación en otras áreas del edificio, continuando la política de conservación de espacios históricos de Guadalajara.
Sensaciones encontradas, recuerdos familiares y el orgullo de haber participado en la vuelta a la vida de este campanario han sido la tónica dominante en una jornada que ha puesto de manifiesto la importancia del patrimonio para la identidad y la cohesión social de la ciudad. La intervención ha permitido que Guadalajara vuelva a lucir un campanario seguro, funcional y bello.