- Los fabricantes lanzan mini PC diseñados específicamente para cargas de trabajo de inteligencia artificial.
- El nuevo ASUS Ascent GX10, con superchip NVIDIA GB10, promete un rendimiento local de 1.000 TOPS enfocado en IA.
- El uso de PC con IA local mejora privacidad, rendimiento y flexibilidad respecto a la nube para desarrolladores y programadores.
- El ecosistema de asistentes de programación y modelos de IA locales se consolida con el respaldo de grandes fabricantes como NVIDIA.
En los últimos meses, la industria tecnológica ha experimentado un marcado giro hacia el desarrollo y lanzamiento de PC optimizados para tareas de inteligencia artificial. Cada vez son más los fabricantes que apuestan por equipos especializados, dejando a un lado las tradicionales tarjetas gráficas domésticas y apostando por procesadores y arquitecturas concebidos para el procesamiento intensivo de IA.
Con este contexto, uno de los anuncios recientes más esperados es el del ASUS Ascent GX10, que introduce el superchip NVIDIA GB10 como motor principal. Esta nueva plataforma combina una CPU basada en arquitectura ARM de alto rendimiento junto a una potente GPU Blackwell y 128 GB de memoria unificada LPDDR5X, permitiendo un ancho de banda superior y un rendimiento de cálculo específico para IA nunca visto hasta ahora en este formato compacto. El diseño recuerda al sistema empleado en los más recientes chips de Apple para IA, aunque aquí con una orientación clara al desarrollo profesional y científico.
Rendimiento y enfoques del nuevo Mini PC con IA
El equipo ASUS Ascent GX10 alcanza un rendimiento de 1.000 TOPS (Tera Operations Per Second), lo que lo sitúa como una auténtica estación de trabajo en tamaño mini. Gracias a esta capacidad de cálculo, es posible entrenar y ejecutar modelos de inteligencia artificial de última generación con hasta 200.000 millones de parámetros de manera local, prescindiendo de la necesidad de recurrir a infraestructuras en la nube para tareas avanzadas como IA generativa, aprendizaje automático o inferencia sobre grandes volúmenes de datos.
Este rendimiento se traduce en una diferencia notable frente a los portátiles convencionales que incorporan NPU para IA, cuyos valores rara vez superan los 100 TOPS aun combinando sus recursos con la GPU. El salto cualitativo permite a desarrolladores e investigadores trabajar con modelos más complejos y obtener resultados en menos tiempo, integrando la IA en sus flujos de trabajo cotidianos.
Una de las características clave del ASUS GX10 es su enfoque exclusivo en cargas de trabajo de IA, lo que implica que no está pensado para el público gamer o para quienes buscan la máxima potencia gráfica en videojuegos. Aunque las tarjetas gráficas dedicadas como la NVIDIA RTX 5070 o 5080 pueden alcanzar cifras similares en pruebas sintéticas, no están específicamente afinadas para la ejecución continua de modelos de IA a gran escala.
Nuevas formas de desarrollo: asistentes y modelos locales
La aparición de PC con IA potente también ha impactado de lleno en el mundo de la programación y el desarrollo de software. Plataformas como las basadas en GPU RTX de NVIDIA permiten utilizar asistentes de codificación avanzados, entre ellos Continue.dev, Tabby o OpenInterpreter, que se ejecutan localmente sobre el propio equipo del usuario.
Trabajar con estos asistentes localmente trae beneficios directos: se eliminan los límites de uso y suscripción que imponen los servicios en la nube, y se gana en privacidad al no tener que enviar código sensible fuera del entorno de trabajo. Modelos como Meta Llama, StarCoder2 o Gemma pueden desplegarse y personalizarse a medida, acelerando la productividad y reduciendo la latencia frente a soluciones remotas.
Según datos compartidos por NVIDIA, los equipos equipados con IA local pueden ofrecer hasta seis veces más rendimiento que los sistemas convencionales basados únicamente en CPU, especialmente en tareas de generación y depuración de código, síntesis de información o análisis de grandes bases de datos.
Este avance es posible no solo gracias a la arquitectura del hardware, sino también a la integración de nuevas herramientas y ecosistemas en expansión, como el Project G-Assist y los hackatones de plugins, que incentivan la colaboración entre desarrolladores para crear funciones personalizadas y adaptadas a cada necesidad.
Flexibilidad y sostenibilidad para el entorno profesional
El auge de los PC con IA representa un paso decisivo para muchos sectores. Poder ejecutar modelos de última generación sin depender de terceros aporta mayor independencia tecnológica, garantiza la seguridad de los datos y abre nuevas posibilidades de innovación a empresas y particulares. El precio de estos equipos, como el ASUS GX10 o el NVIDIA DGX Spark, ronda los 3.000 dólares, y su llegada al mercado marca el inicio de una nueva etapa para la computación acelerada al servicio de la IA.
Este avance demuestra cómo la inteligencia artificial se integra cada vez más en el día a día, no solo de grandes organizaciones, sino también de creadores, investigadores y profesionales de a pie. Equipos como el ASUS GX10 representan la consolidación de un cambio de paradigma, donde el rendimiento y la privacidad no están reñidos, y la computación local vuelve a cobrar un protagonismo esencial en la era de la inteligencia artificial.