China y Vietnam ponen en marcha un sistema de pagos transfronterizos por código QR

Última actualización: diciembre 5, 2025
  • China y Vietnam estrenan un servicio bilateral de pagos minoristas mediante código QR entre sus sistemas nacionales.
  • En la primera fase, los turistas chinos pueden pagar en Vietnam escaneando el código VIETQRGlobal con sus apps de pago habituales.
  • Para 2026 está previsto habilitar el flujo inverso, permitiendo a los vietnamitas pagar en China a través de la red UnionPay.
  • El proyecto impulsa el turismo, el comercio y el uso de monedas locales dentro de una infraestructura de pagos digitales segura.

Pagos transfronterizos con código QR entre China y Vietnam

China y Vietnam han dado un paso importante en la modernización de sus sistemas de pago al estrenar un servicio transfronterizo basado en códigos QR que permite a los viajeros pagar con el móvil a un lado y otro de la frontera sin necesidad de efectivo ni cambios de divisa complicados. El proyecto, que se ha presentado oficialmente en Hanoi, está llamado a convertirse en una pieza clave de la infraestructura financiera digital del sudeste asiático.

En una primera etapa, este nuevo esquema se centra en facilitar las compras de los visitantes chinos en Vietnam, pero el plan contempla habilitar el tráfico en sentido contrario a partir de 2026. De este modo, se quiere construir un ecosistema de pagos QR plenamente bidireccional, pensado tanto para el turismo como para los pequeños negocios, el comercio minorista y los desplazamientos por motivos laborales.

Un proyecto bilateral impulsado por bancos centrales y grandes redes de pago

El servicio nace de la cooperación entre la Corporación Nacional de Pagos de Vietnam (NAPAS), UnionPay International (UPI), el Banco Industrial y Comercial de China (ICBC) y Vietcombank, bajo la coordinación del Banco Estatal de Vietnam y las autoridades chinas. Estas entidades han trabajado durante más de un año en la parte técnica y regulatoria para que la conexión sea segura y cumpla estándares internacionales.

La puesta de largo del sistema tuvo lugar en Hanoi, en una ceremonia en la que representantes de las principales instituciones financieras de ambos países anunciaron que la plataforma de pagos minoristas mediante código QR ya está lista para operar de cara al público. El acto escenifica el paso de los compromisos políticos a una colaboración concreta que conecta, por primera vez, las infraestructuras nacionales de código QR de Vietnam y China.

El origen del proyecto se remonta a octubre de 2024, cuando, durante la visita oficial del primer ministro chino Li Qiang a Vietnam, NAPAS y UnionPay firmaron un Memorando de Entendimiento para cooperar en servicios de pago QR transfronterizos. Posteriormente, se rubricó un acuerdo de cooperación a cuatro bandas entre NAPAS, UPI, ICBC y Vietcombank, que sentó las bases para el desarrollo técnico del sistema bilateral.

Desde entonces, los equipos de los cuatro socios han ido conectando sus infraestructuras, ajustando protocolos y estandarizando el uso de los códigos QR para asegurar que las transacciones se procesan de forma fluida, sin fricciones para el usuario. El resultado es un esquema de pago interoperable que enlaza el estándar vietnamita VIETQR con la red UnionPay china.

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Las autoridades de pago de Vietnam destacan que esta conexión se enmarca en una estrategia más amplia de apertura internacional, que busca integrar el país en las redes de pagos digitales asiáticas y fomentar soluciones de liquidación en moneda local, reduciendo costes de conversión y dependencia de divisas de referencia como el dólar.

Cómo funciona el nuevo pago transfronterizo por código QR

En la fase inicial, el servicio se ha desplegado para el flujo de entrada a Vietnam: los turistas chinos pueden utilizar sus aplicaciones móviles habituales —vinculadas a la red UnionPay y a los bancos participantes— para escanear códigos QR del sistema vietnamita VIETQRGlobal en comercios de todo el país.

Cuando un visitante chino realiza una compra en un establecimiento adherido, solo tiene que apuntar con la cámara del móvil al código QR VIETQRGlobal del punto de venta. La aplicación de pago se encarga de convertir el importe a la moneda correspondiente y cursar la orden a través de la red integrada NAPAS-UnionPay, mientras el comerciante recibe el abono en su cuenta local de manera casi inmediata.

En Vietnam, el estándar VIETQR ya se utilizaba en transferencias rápidas NAPAS 247 y pagos nacionales; ahora se ha actualizado y ampliado para dar soporte a operaciones transfronterizas con el nombre comercial VIETQRGlobal. Este sello permite a los turistas identificar con facilidad los puntos adheridos, de forma parecida a los logotipos de las grandes redes de tarjetas en Europa.

Según el plan anunciado, a principios de 2026 se activará la segunda etapa del proyecto: los usuarios vietnamitas podrán pagar en comercios de la red UnionPay en China escaneando códigos QR con las aplicaciones de los bancos miembros de NAPAS. Así se cerrará el círculo y ambos flujos —entrada a Vietnam y salida hacia China— funcionarán en paralelo.

Una vez completada la implementación bidireccional, el sistema constituirá un ecosistema QR transfronterizo que atenderá necesidades de consumo diario, viajes, compras turísticas, servicios y pequeñas transacciones empresariales entre los dos países, todo ello apoyado en una infraestructura digital común, sincronizada y con medidas de seguridad reforzadas.

Impacto directo en turismo, comercio y pagos sin efectivo

El lanzamiento del servicio llega en un momento de fuerte recuperación de los flujos turísticos. En los primeros nueve meses de 2025, Vietnam recibió más de 15,4 millones de visitantes internacionales, con China como principal mercado emisor con cerca de 3,9 millones de turistas y crecimientos por encima del 40 % respecto al año anterior. Estas cifras reflejan una demanda real de soluciones de pago sencillas y cómodas para quienes viajan entre ambos países.

Al permitir que los visitantes chinos paguen con el móvil exactamente igual que en su país de origen, el sistema reduce la dependencia del efectivo, simplifica los gastos en destino y ayuda a que las empresas vietnamitas aprovechen mejor el poder de compra de este segmento de turistas. Centros comerciales, restaurantes, zonas de ocio o tiendas de barrio pueden ahora aceptar pagos QR desde China sin necesidad de gestionar divisas manualmente.

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Entre las cadenas y operadores que ya forman parte de la red de aceptación se encuentran grandes grupos minoristas y de ocio como los supermercados de Central Retail Vietnam, la cadena de cafeterías Highlands Coffee y los parques y complejos del ecosistema turístico Sun World repartido por varias ciudades vietnamitas. A estos se suman numerosos comercios independientes, hoteles y negocios de servicios.

Para los viajeros, la experiencia es similar a la de pagar en casa: se evita llevar grandes cantidades de efectivo, se minimizan errores de cálculo en el cambio y se gana rapidez al pasar por caja. Para los comercios, el sistema facilita el acceso a un volume elevado de clientes chinos acostumbrados al pago digital, al tiempo que reduce los riesgos asociados al manejo de billetes y monedas.

En la futura fase en que los vietnamitas puedan usar sus propias apps bancarias para pagar en China, se espera un efecto comparable: los turistas podrán seguir usando sus soluciones de pago de siempre en un país donde el código QR y las billeteras móviles están completamente integrados en la vida diaria, desde el transporte hasta los pequeños mercados.

Monedas locales, integración regional y lecciones para Europa

Uno de los elementos más relevantes del proyecto es el uso de mecanismos de pago en moneda local, en lugar de depender exclusivamente de terceras divisas. De acuerdo con los promotores, esta característica contribuye a reducir costes de conversión, aumentar la eficiencia de las transacciones y reforzar la autonomía financiera de las economías implicadas.

La experiencia Vietnam-China se alinea así con una tendencia más amplia en Asia, en la que distintas economías están probando esquemas de pagos conectados por código QR —como los ya operativos entre Tailandia y países vecinos— que permiten a los ciudadanos pagar en el extranjero con sus propias aplicaciones, mientras los comercios cobran en su moneda nacional.

En términos de integración regional, el sistema QR conjunto se ve como un paso hacia una infraestructura de pagos digitales más profunda en el marco de la ASEAN. UnionPay y NAPAS han subrayado que el objetivo es construir un ecosistema de pagos abierto, eficiente y seguro, que favorezca flujos comerciales y turísticos más intensos no solo entre China y Vietnam, sino también con otros mercados de la zona a largo plazo.

Desde la óptica europea, este tipo de proyectos ofrece pistas sobre cómo podría evolucionar la interconexión de pagos en la UE y con terceros países. La región ya cuenta con sistemas consolidados como SEPA para transferencias y domiciliaciones, y se están afianzando las soluciones de pagos inmediatos y billeteras digitales respaldadas por bancos. Sin embargo, los pagos QR transfronterizos todavía no tienen el mismo grado de estandarización ni de adopción masiva que muestran algunos países asiáticos.

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Para destinos turísticos europeos que buscan atraer viajeros de alto volumen procedentes de Asia, una integración más profunda con redes como UnionPay o con futuros estándares de QR interoperables podría suponer una ventaja competitiva a la hora de captar gasto turístico. No se trata solo de aceptar tarjetas, sino de facilitar que los visitantes utilicen las herramientas digitales que ya dominan, sin fricciones de idioma ni de tecnología.

Seguridad, modernización financiera y cambio de hábitos de pago

Los impulsores del proyecto insisten en que la seguridad es un pilar central del nuevo sistema. La infraestructura combina estándares internacionales de protección de datos, autenticación reforzada en las aplicaciones de pago y protocolos de encriptación que buscan reducir al mínimo los riesgos de fraude y de uso indebido.

De cara a los comercios, el hecho de recibir el dinero directamente en sus cuentas bancarias a través de canales oficiales aporta un grado adicional de trazabilidad, lo que contribuye tanto a la gestión contable como al control regulatorio sobre movimientos de capital. Para los usuarios, el uso de aplicaciones y entidades que ya conocen añade un componente de confianza clave para la adopción.

Este tipo de soluciones también acelera la transición hacia una economía menos dependiente del efectivo. En Vietnam, los códigos QR ya habían ganado terreno en el día a día; la apertura a pagos transfronterizos refuerza esa dinámica de cambio de hábitos en favor de medios electrónicos, especialmente entre los viajeros jóvenes y los usuarios más digitales.

En China, donde el pago por QR es prácticamente omnipresente, la posibilidad de utilizarlo sin cambios al viajar al extranjero encaja con una cultura de consumo muy acostumbrada a la inmediatez, los pagos integrados en superapps y la gestión del dinero desde el móvil. Al extender esta experiencia a Vietnam, se refuerza la idea de un “lenguaje común” de pagos digitales en la región.

Para los reguladores, la clave está en combinar comodidad y seguridad con supervisión adecuada. Proyectos como este sirven de laboratorio para probar modelos de cooperación entre bancos centrales, redes internacionales y operadores locales, algo que también interesa a supervisores de otras regiones, incluida Europa, en plena reflexión sobre el euro digital y las nuevas formas de dinero electrónico.

La puesta en marcha del sistema de pagos transfronterizos mediante código QR entre China y Vietnam representa un movimiento significativo hacia una forma de viajar y hacer negocios más conectada, digital y sin fricciones. Al vincular infraestructuras de pago, apoyar el uso de monedas locales y ofrecer a turistas y comercios una herramienta rápida, cómoda y segura, el proyecto se perfila como un modelo a seguir en otros corredores económicos, incluidos los que conectan Asia con Europa, donde la mejora de la experiencia de pago de los visitantes internacionales se ha convertido en un factor cada vez más relevante para la competitividad de los destinos.

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